Ayer a las 23:59 horas, después de un mes, acababa el plazo de presentación de alegaciones a la aprobación de los presupuestos de Moralzarzal. Esos presupuestos que no salieron adelante por los votos en contra de PP, Mec, Vox y las dos concejalas tránsfugas.
A las 21:15 horas, los estrategas políticos de Mec, presentaron alegaciones. Han tardado 29 días y 21 horas en hacerlo, apurando el plazo al máximo… Pero además, con los mismos argumentos de ocasiones anteriores, y que en su momento ya no salieron adelante. Su objetivo está claro, retrasar todo lo posible la aprobación del presupuesto.
Parecen fans de Montoro, ese que dijo que cuanto peor para todos, mejor para mí. Parece que al exministro del PP le han adelantado por la izquierda.
Los de las líneas rojas pero que luego dicen que no las tienen, los que ofrecen diálogo con la boca pequeña pero que en realidad pretenden marear la perdiz. Los que jamás llegan a acuerdos porque siempre hay (¡ayayay!) matices imposibles de salvar. En definitiva, los que creen que hacer política y gestionar es ponerse una chapita en la solapa. Siempre hacen lo mismo: intentar retrasar la acción de gobierno.
Dicen que el pueblo está sucio, pero se niegan a aprobar el contrato de basura, dicen que hay que apostar por la movilidad sostenible, pero se niegan a aprobar la construcción del parking en el centro del pueblo… En el último pleno se abstuvieron en la mayoría de las propuestas: arreglos en los colegios, medidas de ahorro energético, instalación de placas solares… Decían que les faltaba información… ¿Querían saber el color de las ventanas que queremos cambiar en el Centro Cultural y en el Ayuntamiento?
Es muy malo pensar que se tiene siempre la razón. Y mucho nos tememos que eso es lo que le pasa a Mec. Con esta son ya tres veces que alegan lo mismo. En las otras dos, no les han dado la razón. Pero mientras tanto, como hay que hacer informes, ganan unas semanitas más en el retraso. Así, en diciembre podrán decir que el Gobierno Municipal no ha sido capaz de ejecutar el presupuesto. Buscan, como siempre, su minuto de gloria.