Hace unos días nos desayunamos con la noticia de una sentencia judicial que obliga al Ayuntamiento de Moralzarzal a indemnizar a varios vecinos del municipio por los ruidos y molestias soportadas durante las fiestas patronales de 2011.
Si bien es cierto que, en principio, es difícil conciliar las fiestas patronales con el descanso de los vecinos más cercanos a los puntos álgidos de los festejos, también lo es que los responsables de dirigir el Ayuntamiento tienen la obligación de buscar soluciones para que dichos vecinos no tengan que soportar sistemáticamente, y durante años, una situación que, tal y como indica la sentencia recibida, «superó con creces cualquier tolerancia exigible con motivo de la celebración de fiestas patronales».
Si cuando en 2010 se produjeron las primeras quejas de un grupo de vecinos por el inadecuado nivel de decibelios y sus horas de emisión dentro de la carpa instalada junto a sus viviendas con motivo de las fiestas patronales los responsables del Ayuntamiento en aquel entonces hubieran sido mínimamente consecuentes, quizás hubieran evitado la denuncia que se les anunció. Además, la persistencia en los errores por parte del equipo de gobierno durante los años sucesivos provocó la acumulación de denuncias anuales, hasta 2014, por parte de los vecinos que se sentían perjudicados.
Entendemos que para los vecinos no tuvo que ser fácil dar el paso de enfrentarse a su propio ayuntamiento y que la denuncia fue su último recurso ante la inacción y falta de sensibilidad del consistorio para con su problema. Incluso a día de hoy se oyen voces intentando responsabilizar de esta situación a quienes la han sufrido y a quienes la Justicia ha dado la razón. No debemos olvidar que los representantes de los vecinos han sido elegidos por los mismos para que gestionen sus impuestos y que gobiernen por y para todos los vecinos.
Lamentablemente es ahora, cuando el PP ha perdido la confianza de parte del electorado y ha sido obligado a dejar la gestión del Ayuntamiento, que ha empezado a materializarse ese cierto legado de irresponsabilidad, comenzando, ya en 2015, con una serie de sentencias judiciales que obligan al Ayuntamiento a satisfacer a los vecinos denunciantes unas importantes cantidades en concepto de daños morales (por soportar ruidos tres veces por encima de lo permitido hasta las 07:30 de la mañana).
- En 2015. Se pagaron cerca de 30.000€ de multas y costas (denuncia de 2010).
- En 2016. Se van a pagar 13.500€ de multas (denuncia de 2011).
- Más adelante probablemente llegarán nuevas multas, aún sin sentencia, correspondientes a las denuncias presentadas en 2012, 2013 y 2014
Nos gustaría saber, a la luz de los hechos, qué opina de esta situación la señora Jiménez Verdejo, portavoz actual del PP y primera teniente de alcalde por aquel entonces, así como el resto de concejales del PP que estaban en la corporación en aquel momento, y si es su intención, al menos, pedir disculpas por su contumacia.
Eso es lo que haría cualquier representante público que se preocupara realmente por sus conciudadanos y que asumiera sus responsabilidades, pero lo vemos difícil, y, desgraciadamente, al igual que sucedió con la condena de 5.000€ que también hubo que pagar a la SGAE por no abonar los derechos de autor devengados por el Ayuntamiento entre los meses de septiembre de 2007 y octubre de 2009, el importe de la multa saldrá del bolsillo de todos los habitantes de Moralzarzal, mientras los responsables del desaguisado miran hacia otro lado y entonan su clásica melodía de descalificaciones.
Por iniciativa del actual equipo de gobierno se tomó, ya en el propio 2015, una serie de medidas encaminadas a intentar conciliar de la mejor manera posible la celebración de las fiestas patronales con el descanso de los vecinos. Para ello se mantuvieron reuniones tanto con los vecinos afectados de la Av. Salvador Sánchez Frascuelo como con los vecinos de la Plaza de la Constitución, Plaza de la Fragua y aledaños; se limitaron los horarios de música y espectáculos, estableciendo que en ningún momento se sobrepasaran las 05:00 de la madrugada durante dos de los días, y las 04:00, las 02:00 o las 00:00, respectivamente, en el resto; se puso en marcha un dispositivo especial de protección y limpieza de aquellas zonas más expuestas a daños y suciedad; se tuvo especial cuidado en que las infraestructuras de las fiestas no entorpeciesen el acceso a las viviendas, a la vez que en la actualidad se está trabajando en la posible adecuación acústica de la plaza de toros para mejorar el sonido en el interior y limitar el que sale al exterior, e incluso se está estudiando la posibilidad de alternar distintas ubicaciones en el pueblo para las actuaciones y música de las fiestas, de manera que no sean los mismos vecinos los que año tras año se vean afectados.
En cualquier caso, una vez esté aprobado el Reglamento de Participación Ciudadana, y a través del correspondiente consejo sectorial de festejos, se podrán plantear cualesquiera otras medidas que se consideren oportunas para intentar que las molestias sean las mínimas dentro de aquellas que, inevitablemente, produce la celebración de las fiestas patronales.